martes, 14 de abril de 2020

Secuencia para la Solemnidad del Corpus Christi


Alaba, alma mía, a tu Salvador; alaba a tu guía y pastor con himnos y cánticos.

Pregona su gloria cuanto puedas, porque él está sobre toda alabanza, y jamás po­drás alabarle lo bastante.

El tema especial de nues­tros loores es hoy el pan vivo y que da vida.

El cual se dio en la mesa de la sagrada cena al grupo de los doce apóstoles sin género de duda.

Sea, pues, llena, sea sono­ra, sea alegre, sea pura la alabanza de nuestra alma.

Pues celebramos el solemne día en que fue instituido este divino banquete.

En esta mesa del nuevo rey, la pascua nueva de la nueva ley pone fin a la pascua antigua.

Lo viejo cede ante lo nuevo, la sombra ante la realidad, y la luz ahuyenta la noche.

Lo que Jesucristo hizo en la cena, mandó que se haga en memoria suya.

Instruidos con sus santos mandatos, consagramos el pan y el vino, en sacrificio de salvación.

Es dogma que se da a los cristianos, que el pan se convierte en carne, y el vino en sangre.

Lo que no comprendes y no ves, una fe viva lo atestigua, fuera de todo el orden de la naturaleza.

Bajo diversas especies, que son accidente y no substancia, están ocultos los dones más preciados.

Su carne es alimento y su sangre bebida; mas Cristo está todo entero bajo cada especie.

Quien lo recibe no lo rompe, no lo quebranta ni lo desmembra; recíbese todo entero.

Recíbelo uno, recíbenlo mil; y aquél le toma tanto como éstos, pues no se consume al ser tomado.

Recíbenlo buenos y malos; mas con suerte desigual de vida o de muerte.

Es muerte para los malos y vida para los buenos; mira cómo un mismo alimento produce efectos tan diversos.

Cuando se divida el Sacramento, no vaciles, sino recuerda que Jesucristo tan entero está en cada parte, como antes en el todo.

No se parte la sustancia, se rompe solo la señal; ni el ser ni el tamaño se reducen de Cristo presente.

He aquí el pan de los ángeles, hecho viático nuestro; verdadero pan de los hijos, no lo echemos a los perros.

Figuras lo representaron: Isaac fue sacrificado; el cordero pascual, inmolado; el maná nutrió a nuestros padres.

Buen pastor, pan verdadero, ¡oh Jesús!, ten piedad.

Apaciéntanos y protégenos; haz que veamos los bienes en la tierra de los vivientes.

Tú, que todo lo sabes y puedes, que nos apacientas aquí siendo aún mortales, haznos tus comensales, coherederos y compañeros de los santos ciudadanos.

Amén.

Aleluya.
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Esta Secuencia fue escrita por Santo Tomás de Aquino (1274). La versión abreviada es la parte final de la misma, comenzando a partir de "He aquí el pan de los ángeles...".

lunes, 13 de abril de 2020

Pan divino, gracioso, sacrosanto


Pan divino, gracioso, sacrosanto,
manjar que da sustento al alma mía:
dichoso fue aquel día, punto y hora,
que en tales dos especies Cristo mora,
que si el alma está dura,
aquí se ablandará con tal dulzura.

El pan que estás mirando, alma mía,
es Dios que en ti reparte gracias y vida
y, pues que tal comida te mejora,
no dudes de comerla desde ahora,
que, aunque estuvieres dura,
aquí te ablandarás con dulzura.
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Es una composición de Francisco Guerrero (1528-1599) incluida en el libro “Canciones y villanescas espirituales” (Venecia, 1589). Es la versión ‘a lo divino’ del “Prado verde y florido” recogido en el Cancionero de Medinaceli (S. XVI). En el castellano de la época, la canción era de la siguiente forma:

Pan divino, graçioso, sacrosanto
manjar que da sustento al alma mía:
dichoso fue aquel día, punto y hora,
que’ n tales dos especies Christo mora,
que si el alma’ stá dura,
aquí se ablandará con tal dulçura.

 
El pan que’ stás mirando, alma mía,
es Dios que’ n ti reparte graçia y vida
y, pues que tal comida te mejora,
no dudes de comerla desde agora,
que, aunque’ stuvieres dura,
aquí te ablandarás con tal dulçura.

domingo, 12 de abril de 2020

Con el júbilo de los cantos (Canticorum iubilo)


¡Exaltad al Gran Rey con la alegría de vuestros cantos!

Resuene ya la música, los mares, las tierras y los astros.

¡Exaltad al Gran Rey con la alegría de vuestros cantos!

Alegraos tañendo vuestros instrumentos, aplaudid.

¡Exaltad al Gran Rey con la alegría de vuestros cantos!

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Es un himno de victoria compuesto por Händel, muy apropiado para el tiempo de Pascua. Normalmente se canta en latín:

Canticorum iubilo Regi magno psallite.

Iam Resultent musica, Unda, tellus, sidera.

Canticorum iubilo, Regi magno psallite.

Personantes organis, Iubilate plaudite.

Canticorum iubilo Regi magno psallite.

sábado, 11 de abril de 2020

Bendición del agua bautismal


El sacerdote celebrante bendice el agua bautismal, extendiendo las manos:


Oh Dios, que realizas en tus sacramentos obras admirables
con tu poder invisible,
y de diversos modos te has servido de tu criatura el agua
para significar la gracia del bautismo.

Oh Dios, cuyo espíritu, en los orígenes del mundo,
se cernía sobre las aguas,
para que ya desde entonces
concibieran el poder de santificar.

Oh Dios, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio
prefiguraste el nacimiento de la nueva humanidad,
de modo que una misma agua
pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.

Oh Dios, que hiciste pasar a pie enjuto por el mar Rojo
a los hijos de Abrahán,
para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón
fuera imagen de la familia de los bautizados.

Oh Dios, cuyo Hijo, al ser bautizado por Juan
en el agua del Jordán,
fue ungido por el Espíritu Santo;
colgado en la cruz vertió de su costado agua, junto con la sangre;
y después de su resurrección mandó a sus apóstoles:
"Id y haced discípulos de todos los pueblos,
bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo".

Mira ahora a tu Iglesia en oración
y abre para ella la fuente del bautismo.
Que esta agua reciba, por la obra del Espíritu Santo,
la gracia de tu Unigénito,
para que el hombre,
creado a tu imagen y limpio en el bautismo,
muera al hombre viejo
y renazca, como niño, a nueva vida
por el agua y el Espíritu.

Y, metiendo, si lo cree oportuno, el cirio pascual o su mano en el agua una o tres veces, prosigue:

Te pedimos, Señor,
que el poder del Espíritu Santo,
por tu Hijo,
descienda sobre el agua de esta fuente,
y, teniendo el cirio en el agua, prosigue:
para que todos los sepultados con Cristo en su muerte,
por el bautismo,
resuciten con él a la vida.


Por Jesucristo nuestro Señor. 


Amén.

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La bendición del agua bautismal se realiza en la Vigilia Pascual.

viernes, 10 de abril de 2020

Oración para Viernes Santo


Señor, Dueño del tiempo y de la historia, como Tú yo quiero ser fuego que purifica, luz que ilumina en medio de las tinieblas, palabra que consuela en medio del sufrimiento.

Tú eres un Dios glorioso, lleno de vida y de esperanzas. Viniste al mundo para donarte y realizar un sacrificio perfecto de amor universal y romper así todas nuestras ataduras.

Rey mío, Dios mío, Tú nos has salvado con tu sangre y preferiste la muerte en la cruz antes que renunciar al amor. Bendito y alabado seas por tu poder derramado sobre toda la humanidad.

Cargaste una pesada cruz en donde fueron depositados insultos y humillaciones, una cruz transformada en victoria que me dio vida en abundancia, haciéndome capaz de enfrentar todos mis miedos y dolores.

Tu cruz es el triunfo del amor sobre el mal, del gozo sobre el dolor, de la verdad sobre la injusticia, de la luz sobre la oscuridad. Te doy gracias por esta acción poderosa y salvadora en mi vida.

Con tu gracia y tu bendición, sé que también puedo llevar con alegría el peso de mi cruz, porque siento que tu amor me sostiene, me fortalece y me conduce por caminos de esperanzas.

Confío en este gran misterio de amor y por eso no dejo de creer en ti y en todo lo bueno que me ofreces para lograr mis sueños.

En tu cruz consigo las fuerzas para renovar mi corazón y vivir con actitud optimista creyendo que todo lo puedo en tu amor.

Amén.

jueves, 9 de abril de 2020

Oración para después de la Comunión en la Misa de la Cena del Señor



Oremos:

Dios todopoderoso,
alimentados en el tiempo por la Cena de tu Hijo,
concédenos, de la misma manera,
merecer ser saciados en el banquete eterno.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén.

miércoles, 8 de abril de 2020

Oración colecta para la Misa de Jueves Santo


Oh Dios,
al celebrar la Cena Santísima
en la que tu Unigénito,
cuando iba a entregarse a la muerte,
confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno
y el banquete de su amor,
te pedimos alcanzar,
de tan gran misterio,
la plenitud de caridad y de vida.

Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén.
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Es una oración para la Misa de Jueves Santo o Misa de la Cena del Señor.

Véase también la Oración colecta para la Misa de la Cena del Señor.

martes, 7 de abril de 2020

Oración del inocente perseguido (salmo 26 II)


Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.

Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro».
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.

No rechaces con ira a tu siervo,
que Tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.

Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.

Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.

No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.

Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

lunes, 6 de abril de 2020

Oh rostro ensangrentado de Cristo


Oh rostro ensangrentado de Cristo, el Señor.
Cabeza circundada de afrenta y de dolor.
Contritos contemplamos tu pena y tu aflicción.
Acoge nuestro llanto, oh Cristo, Salvador.

Tú pagas por las culpas del hombre pecador.
Clavado en el madero, nos das la salvación.
Tu sangre nos redime, tu amor nos da el perdón.
Acoge nuestro llanto, oh Cristo, Salvador.

Extiende por el mundo, tu reino de bondad.
Las puertas del infierno no prevalecerán.
Seamos los creyentes testigos de tu amor.
Acoge nuestro llanto oh Cristo, salvador.

domingo, 5 de abril de 2020

Oración para colocar la palma bendita del Domingo de Ramos


Bendice, Señor, nuestro hogar.

Que tu Hijo Jesús y la Virgen María reinen en él.


Danos paz, amor y respeto,
para que respetándonos y amándonos
los sepamos honrar en nuestra vida familiar,
sé Tú, el Rey en nuestro hogar.


Amén.

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Es una oración para colocar la palma o el ramo, en nuestro hogar, una vez que han sido bendecidos el Domingo de Ramos.

Véase también la Oración para rezar en familia el Domingo de Ramos.