miércoles, 30 de marzo de 2022

Oración de los esposos



Señor, nuestro Dios, te bendecimos por tomar en tus manos nuestro amor.

 

Ayúdanos a cumplir nuestra misión.

Ven a compartir nuestra vida.

Ayúdanos a formar a nuestros hijos, a ser testigos de tu amor en nuestra familia
y en la comunidad.

Danos fuerza en los desalientos.

Comparte nuestras alegrías.

Señor, bendice nuestro amor.

Amén.

martes, 29 de marzo de 2022

Himno a la Beata Florida Cevoli

 

Beata Florida Cevoli,
amante de raudo vuelo,
el fuego de sus heridas
en tu costado se ha abierto.

Y adentro, en el corazón,
Jesús ha dejado un sello:
grabadas llevas en carne
las marcas de tus deseos.

Florida, junto a Verónica
del mismo pozo bebiendo:
las llagas de Cristo Esposo,
sin tasa amando y sufriendo.

Es su Pasión sacrosanta,
del nuevo Adán, nuevo huerto:
el mundo está en Jesucristo,
en sus amantes naciendo.

Florida, de tus hermanas
hermana y madre a sus ruegos,
gozando cuando les sirves,
unidas en santo empeño.

¡A Cristo Dios coronado
de espinas en sus cabellos
la gloria infinita ciña
eternamente en los cielos!

Amén.
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Florida Cevoli (1685-1767) fue una beata italiana que, se caracterizó por la oración, la contemplación, la humildad, la austeridad y la pobreza. Tenía fama de santa y, en 1993 fue beatificada por el Papa San Juan Pablo II.

lunes, 28 de marzo de 2022

Oración del día del Seminario 2022


Oh, Señor,
que guiaste a tu pueblo por el desierto
a la tierra prometida;
Tú llamaste a los discípulos
y caminaste con ellos anunciando el Evangelio
y los condujiste a Jerusalén,
para que, a través de tu pasión y muerte,
conocieran la gloria de tu resurrección.

 

Ahora, que acompañas a tu Iglesia,
peregrina en el mundo,
te pedimos que envíes sacerdotes
que caminen hoy junto a aquellos
que convocas en tu Iglesia;
que nos fortalezcan y consuelen
con la unción del Espíritu Santo;
que nos animen e iluminen
con la predicación de tu Palabra;
que nos alimenten y sostengan
con la celebración de la eucaristía
y la entrega de su propia vida.

Amén.

domingo, 27 de marzo de 2022

Oración para empezar la primavera


Gracias, Señor, por esta agua que llega
del aire hasta los campos, hasta el bosque y el huerto;
gracias por tu palabra que riega este desierto
del alma, prometiendo las horas de siega.

Gracias por tanta gracia, tanta cuidada entrega,
por el sol que calienta este corazón yerto;
gracias por estas flores primeras que han abierto
ojos de luz a tanta claridad honda y ciega.

Gracias porque te he visto latiendo en los bancales,
favoreciendo, urdiendo los tiernos esponsales
del verdor con la tierra, la rosa con la rama.

Gracias porque me enseñas a ser en lo que era,
al olvidar mis estiajes en esta primavera;
gracias porque es llegado el tiempo del que ama.

 

Amén.

viernes, 25 de marzo de 2022

Acto de Consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque Tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz.

Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo. Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor.

En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, Tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es Él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu Corazón Inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura.

Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que Tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio.

Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna.

Acoge, oh Madre, nuestra súplica.
Tú, Estrella del Mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.
Tú, Arca de la Nueva Alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación.
Tú, “Tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.
Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.
Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.
Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.
Reina de la Familia Humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.
Reina de la Paz, obtén para el mundo la paz.

Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada.

Santa Madre de Dios, mientras estabas al pie de la cruz, Jesús, viendo al discípulo junto a ti, te dijo: «Ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26), y así nos encomendó a ti. Después dijo al discípulo, a cada uno de nosotros: «Ahí tienes a tu Madre» (v. 27). Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti. El pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el hambre, las injusticias y la miseria.

Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón Inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz. El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la Paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.

Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres “fuente viva de esperanza”, disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz.

Amén.
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La Consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María se ha celebrado en Roma, por el Papa Francisco, el 25 de marzo de 2022.

sábado, 19 de marzo de 2022

Oración del Papa Francisco a San José


Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.

A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal.

Amén.
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Es una oración del Papa Francisco que aparece al final de la Carta Apostólica Patris Corde, publicada el 8 de diciembre de 2020 con ocasión del 150 aniversario de la declaración, por el Papa Pío IX, de San José como Patrono de la Iglesia Universal.

jueves, 24 de febrero de 2022

Oración por Ucrania y por la paz


Dios, Todopoderoso, querido Padre de todos:

Unidos como hermanos, te pedimos hoy la paz en Ucrania, que sufre un dramático momento de tensión.

Que todas las acciones e iniciativas políticas estén al servicio de la fraternidad humana
y no de los intereses partidistas.

Que esa tierra vea florecer la fraternidad y supere las heridas, los miedos y las divisiones.

Te presentamos, Señor, con confianza y humildad, nuestra preocupación por la situación en Ucrania, que afecta también a Europa y más allá.

Tú que nos enseñaste que a la diabólica insensatez de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno, ten piedad de nosotros, aleja la guerra y demás violencias malignas y permítenos llegar a soluciones aceptables y duraderas a esta crisis, basadas no en las armas, sino en un diálogo profundo.

Reina Virgen María, esperamos tu maternal intervención para que el mundo acoja la paz, preserva al mundo de la locura de la guerra.

Amén.

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Fuente: www.es.aleteia.org

miércoles, 23 de febrero de 2022

Oración de San Policarpo de Esmirna antes de su martirio


Señor, Dios todopoderoso, Padre de nuestro amado y bendito Jesucristo, Hijo tuyo, por quien te hemos conocido; Dios de los ángeles, de los arcángeles, de toda criatura y de todos los justos que viven en tu presencia: te bendigo, porque en este día y en esta hora me has concedido ser contado entre el número de tus mártires, participar del cáliz de Cristo y, por el Espíritu Santo, ser destinado a la resurrección de la vida eterna en la incorruptibilidad del alma y del cuerpo.

¡Ojalá que sea yo también contado entre el número de tus santos como un sacrificio enjundioso y agradable, tal como lo dispusiste de antemano, me lo diste a conocer y ahora lo cumples, oh Dios veraz e ignorante de la mentira!

Por esto te alabo, te bendigo y te glorifico en todas las cosas por medio de tu Hijo amado Jesucristo, eterno y celestial Pontífice.

Por él a ti, en unión con él mismo y el Espíritu Santo, sea la gloria ahora y en el futuro, por los siglos de los siglos.

Amén.

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San Policarpo de Esmirna (70-155) es considerado uno de los tres Padres Apostólicos principales, junto a Clemente de Roma e Ignacio de Antioquía. Fue obispo y mártir de la Iglesia y discípulo de San Juan. Marchó a Roma para intentar llegar a un acuerdo con el Papa Aniceto acerca de la fecha de la Pascua. Conducido ante el emperador, se negó a renunciar a la fe cristiana, por lo que fue quemado vivo y atravesado por una lanza. Su festividad se celebra el 23 de febrero.

martes, 22 de febrero de 2022

Oración a Santa Margarita de Cortona

 


¡Oh gloriosa Margarita!, verdadera perla que Dios, con su inmenso amor recuperó de las manos del dragón infernal que te dominaba y poseía, para dar a todos los pecadores con vuestra admirable conversión, santa vida y preciosa muerte, un eficaz impulso a dejar la culpa, practicando el bien y huyendo del mal, la oscuridad y de toda su próxima ocasión.

Bendita sierva del Señor, te pedimos humildemente que desde el trono de la Gloria, intercede por nosotros, vuestros devotos, aléjanos de los que con sus palabras desean hacernos mal, de los que con sus obras y acciones pretenden humillarnos y doblegarnos, socórrenos en esta adversidad que nos llena de angustia y pesar:

(Haga aquí su petición).

Entregada Santa Margarita de Cortona, por tus lágrimas, ayunos y penitencias, alcánzanos también de Nuestro amado Señor, la gracia de la sincera conversión del corazón, del vivo dolor de nuestras culpas y, después de una santa vida dedicada a su semejanza en el amor a Jesús Crucificado por nosotros, consíguenos una buena muerte y la corona de gloria en el seno de la eterna bienaventuranza.

Así sea.

Rezar el Credo, tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.

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La festividad de Santa Margarita de Cortona se celebra el 22 de febrero. Es patrona de los penitentes. En 1728 fue canonizada por Benedicto XIII.

lunes, 21 de febrero de 2022

Responsorio a San Pablo

 



De ponderosos males oprimidos,
A ti acudimos con humilde ruego,
Para que del tesoro de tus gracias
Te dignes dispensar dones del cielo.

¡Víctima grata al Hacedor augusto!
¡Oh doctor y delicia de los pueblos!
Por defensor, oh Pablo, te invocamos,
Por tutelar y guía te queremos.

Ya que por sacra llama transformado
Tan vivo ardiste en el divino fuego,
Bajo tu manto protector acoge
A cuantos antes perseguiste fiero.

¡Víctima grata al Hacedor augusto!
¡Oh doctor y delicia de los pueblos!
Por defensor, oh Pablo, te invocamos,
Por tutelar y guía te queremos.

Ni tormentos, ni azotes, ni cadenas,
Ni de enemigos el embate ciego,
Ni cruda muerte te infundiera espanto,
Para acogerte de Jesús al seno.

¡Víctima grata al Hacedor augusto!
¡Oh doctor y delicia de los pueblos!
Por defensor, oh Pablo, te invocamos,
Por tutelar y guía te queremos.

No, aquel amor que te inflamó algún día
Olvides, por prestarte a nuestro ruego,
Y la esperanza santa de la gracia
Infunda amor al abatido pecho.

¡Víctima grata al Hacedor augusto!
¡Oh doctor y delicia de los pueblos!
Por defensor, oh Pablo, te invocamos,
Por tutelar y guía te queremos.

A tu soplo disipaste cual niebla
Las execrables tramas del infierno,
Y nuestra voz de gratitud resuene
Por las bóvedas santas de tu templo.

¡Víctima grata al Hacedor augusto!
¡Oh doctor y delicia de los pueblos!
Por defensor, oh Pablo, te invocamos,
Por tutelar y guía te queremos.

Intercediendo tú, florezca hermosa
La caridad que ignora daño ajeno,
Que no la turben hórridas discordias,
Ni del error la empañe torpe aliento.

¡Víctima grata al Hacedor augusto!
¡Oh doctor y delicia de los pueblos!
Por defensor, oh Pablo, te invocamos,
Por tutelar y guía te queremos.

Que la paz los espíritus ligando,
Junte en un corazón el orbe entero,
Y el néctar celestial de tu doctrina
Se derrame por todo el universo.

¡Víctima grata al Hacedor augusto!
¡Oh doctor y delicia de los pueblos!
Por defensor, oh Pablo, te invocamos,
Por tutelar y guía te queremos.

Nuestro querer sujeta a lo que manda
Con su poder el Árbitro supremo,
Para que noche del error opaca
No nos envuelva en ominoso velo.

¡Víctima grata al Hacedor augusto!
¡Oh doctor y delicia de los pueblos!
Por defensor, oh Pablo, te invocamos,
Por tutelar y guía te queremos.

Gloria al Padre...