domingo, 20 de octubre de 2019

Oración a Santa María Bertila Boscardin


¡Oh Jesús, que subes al cielo; oh Señor, Rey bendito e inmortal de los siglos, te damos gracias por haber asociado hoy a Santa Bertila a tu triunfo y haber encendido con ella una nueva estrella en el firmamento de tu Iglesia!

Al volver al Padre prometiste no dejarnos nunca, y benignamente sigues estando con nosotros, también en el testimonio y amor de tus Santos, que son tu más bello cortejo en el cielo y tu buen olor aquí en la tierra.

Por intercesión de Santa Bertila y de todos los Santos, suscita en las almas, en las familias, en las diócesis semillas fecundas y siempre nuevas de santidad; numerosas y ardientes vocaciones; almas bellas y puras; familias sanas y generosas que vivan en tu santo amor.

Y concédenos que, sostenidos por tu gracia y fortalecidos por los ejemplos de tus Santos, podamos honrarte todos los días con serenidad y alegría, ánimo y perseverancia para poder vivir una vida divina.

Amén.
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María Bertila Boscardín nació en Gioa di Brendola (Italia) el 6 de octubre de 1888 y falleció en Treviso (Italia) el 20 de octubre de 1922.

Fue una religiosa de la Congregación de las Hermanas de Santa Dorotea, de los Sagrados Corazones, donde ingresó en 1905.

Su vocación y servicio fue atender a los enfermos, a pesar de la incomprensión de su superiora que la quiso retirar del hospital y dedicarla a otras tareas por considerar que no podía hacerlo, al no tener estudios.

Tuvo una grave enfermedad los últimos doce años de su vida pero ella, dedicó su vida a los enfermos, en especial a los niños y a los heridos de la Primera Guerra Mundial en el hospital de Treviso.

Después de su fallecimiento, su fama de santidad se extendió por toda la región y el Hospital de Treviso colocó una placa que decía: "A la hermana Bertila Boscardin, alma escogida y de bondad heroica, quien durante varios años alivió como un ángel el sufrimiento humano en este hospital".

Fue beatificada el 8 de junio de 1952, por el Papa Pío XII y canonizada el 11 de mayo de 1961 por el Papa Juan XXIII. Su festividad se celebra el 20 de octubre.