domingo, 10 de mayo de 2020
sábado, 9 de mayo de 2020
Oración a San Juan de Ávila
Señor Dios todopoderoso,
que de entre tus fieles elegiste
a San Juan de Ávila
para que manifestara a sus hermanos
el camino que conduce a ti,
concédenos que su ejemplo
nos ayude a seguir a Jesucristo,
nuestro maestro,
para que logremos así alcanzar un día,
junto con nuestros hermanos,
la gloria de tu reino eterno.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén.
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La festividad de San Juan de Ávila se celebra el 10 de mayo.
viernes, 8 de mayo de 2020
Padre resucitado
Padre resucitado, que sienta la paz que me muestras, que no se cierren mis puertas por el miedo.
Que me aferre al Espíritu que me regalas, para vivir intensamente el compromiso de sentirme enviado.
Señor mío y Dios mío, perdona mis debilidades, mis dudas, mis temores,
porque aun siendo a veces como Tomás, deseo buscarte, estar contigo;
porque aunque me encierre en mis silencios o en mis ruidos, en mis comodidades o en mis ocupaciones, Tú sabes cómo entrar en mi vida, como hacerla distinta, como insuflar aire en mis vacíos y oxigenar mi alma endurecida.
Que el Espíritu renovado de la resurrección, nacido de la victoria sobre la muerte y alimentado por el amor más generoso, impulse mi fe, mi permanencia en ti y aliente el ánimo modesto de quien quiere quererte, seguirte y responderte.
Padre, tu Amor es mi paz, mi paz es tu perdón, y tu perdón es mi camino de testimonio al amparo de tu Fuerza.
Amén.
jueves, 7 de mayo de 2020
Hágase, Señor
Fuente de Paz y de Fidelidad, Virgen María.
Dios se fijó en ti por tu humildad,
Virgen María, elegida del Señor,
siempre dócil a su voz en el amor.
Hágase, Señor, en mí tu voluntad,
hágase en mí, según tu palabra,
con María unimos nuestras voces al cantar:
hágase, Señor, tu voluntad en mí.
Hágase, Señor, tu voluntad.
Llena de amor, de luz y sencillez, Virgen María.
Guía mis pies, maestra de la fe.
Virgen María, cambia nuestro corazón
por tu fiel intercesión, ante el Señor.
Hágase, Señor, en mí tu voluntad,
hágase en mí, según tu palabra,
con María unimos nuestras voces al cantar:
hágase, Señor, tu voluntad en mí.
Hágase, Señor, tu voluntad.
miércoles, 6 de mayo de 2020
Oraciones del Papa Francisco a María para el mes de mayo
Oh María,
tú resplandeces siempre en nuestro camino
como un signo de salvación y esperanza.
A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos,
que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús,
manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del pueblo romano,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros de que lo concederás
para que, como en Caná de Galilea,
vuelvan la alegría y la fiesta
después de esta prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor,
a conformarnos a la voluntad del Padre
y hacer lo que Jesús nos dirá,
Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo
y se cargó de nuestros dolores
para guiarnos a través de la cruz,
a la alegría de la resurrección.
Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,
no desprecies nuestras súplicas en las necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.
Oración a María:
«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».
En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.
Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma.
Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.
Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz.
Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.
Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas.
Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.
Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos.
Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.
Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.
Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares.
Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria.
Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración.
Oh María, Consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.
Nos encomendamos a ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Amén.
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El Papa Francisco nos recomienda estas dos oraciones para rezar, en el mes de mayo, después del Santo Rosario.
martes, 5 de mayo de 2020
Oración después de la Comunión para el día de San Isidro
Te damos gracias, Padre,
por la vida recibida y por los frutos
existentes en el mundo.
Muchos han sido los justos
que, a lo largo de la historia,
han plantado con gran esfuerzo una viña.
Nos has dejado en San Isidro Labrador
un ejemplo de humildad y sencillez,
de recogimiento y oración,
de trabajo y entrega,
siempre sirviendo a los demás por amor,
siempre confiando en ti, Señor.
Danos, como a él,
un profundo amor a la Eucaristía
y una amorosa devoción a la Virgen María,
que nos ayuden a construir
una sociedad más fraterna.
Envíanos tu Espíritu
que haga nuestra acción
más clarividente y más fraterna,
para que el mundo se parezca a la viña
que Tú deseas como paraíso.
Acuérdate de todos nosotros
y de todos los que trabajan
por una sociedad mejor.
Amén.
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La festividad de San Isidro, Patrón de la ciudad de Madrid, capital de España, se celebra el día 15 de mayo
Otras oraciones a San Isidro:
- Oración a San Isidro (Patrón de Madrid)
- Oración por España a San Isidro
- Oración a San Isidro para las causas imposibles
lunes, 4 de mayo de 2020
Hora de la tarde, fin de las labores
Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
Al romper el día,
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
Das al vespertino
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Tú que eres la viña,
cuida los sarmientos.
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
Al romper el día,
nos apalabraste.
Cuidamos tu viña
del alba a la tarde.
Ahora que nos pagas,
nos lo das de balde,
que a jornal de gloria
no hay trabajo grande.
Das al vespertino
lo que al mañanero.
Son tuyas las horas
y tuyo el viñedo.
A lo que sembramos
dale crecimiento.
Tú que eres la viña,
cuida los sarmientos.
Hora de la tarde,
fin de las labores.
Amo de las viñas,
paga los trabajos
de tus viñadores.
domingo, 3 de mayo de 2020
Oración final para el mes de María
¡Oh María, Madre de Jesús nuestro Salvador y nuestra buena madre!
Nosotros venimos a ofrecerte con estos obsequios que colocamos a tus pies, nuestros corazones deseosos de agradecerte y solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo servicio.
Dígnate presentarnos a tu Divino Hijo que, en vista de sus méritos y a nombre su Santa Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la virtud, que haga lucir con nuevo esplendor la luz de la fe sobre los infortunados pueblos que gimen por tanto tiempo en las tinieblas del error; que vuelvan hacia Él y cambien tantos corazones rebeldes, cuya penitencia regocijará en su corazón y el tuyo.
Que convierta a los enemigos de tu Iglesia, y que, en fin, encienda por todas partes el fuego de tu ardiente caridad; que nos colme de alegría en medio de las tribulaciones de esta vida y de esperanza para el porvenir.
Amén.
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Vea, también, la Oración inicial para el mes de María.
sábado, 2 de mayo de 2020
Oración para la Jornada Mundial por las vocaciones
Cristo, Tú que eres eternamente joven
y haces nuevo todo lo que tocas,
lléname de tu vida.
Ayúdame a reconocer para qué estoy hecho,
qué sentido tiene mi paso por esta tierra,
cuál es tu proyecto para mi.
Condúceme al encuentro con los demás,
a la misión sin fronteras ni límites,
y hazme caminar contigo
hacie un horizonte siempre nuevo.
Enséñame a mostrar la belleza
de la generosidad y del servicio,
de la fidelidad a la propia vocación
y del amor a los pobres,
para que todos sientan
el calor de tu misericordia.
Tú, el amigo, el eterno viviente,
que viniste para darme vida,
y vida en abundancia,
hazme vivir.
Amén.
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Es una oración compuesta para la Jornada Mundial de oración por las vocaciones y Jornada de vocaciones nativas que se celebra el 3 de mayo de 2020. El lema de la Jornada es "Jesús vive y te quiere vivo".
viernes, 1 de mayo de 2020
Oración colecta para la Misa en tiempo de pandemia
Dios todopoderoso y eterno,
refugio en toda clase de peligro,
a quien nos dirigimos en nuestra angustia;
te pedimos con fe que mires compasivamente nuestra aflicción.
Concede descanso eterno a los que han muerto,
consuela a los que lloran,
sana a los enfermos,
da paz a los moribundos,
fuerza a los trabajadores sanitarios,
sabiduría a nuestros gobernantes
y valentía para llegar a todos con amor
glorificando juntos tu santo nombre.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
Amén.
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