viernes, 7 de mayo de 2021

Una Madre no se cansa de esperar



Cuántas veces siendo niño te recé,
con mis besos te decía que te amaba,
poco a poco con el tiempo, olvidándome de ti,
por caminos que se alejan me perdí,
por caminos que se alejan me perdí,

Hoy he vuelto, Madre, a recordar,
cuántas cosas dije ante tu altar
y al rezarte puedo comprender
que una Madre no se cansa de esperar,
que una Madre no se cansa de esperar.

Al regreso, me encendías una luz,
sonriendo desde lejos me esperabas,
en la mesa la comida aún caliente y el mantel
y en tu abrazo, mi alegría de volver
y en tu abrazo, mi alegría de volver,

Hoy he vuelto, Madre, a recordar,
cuántas cosas dije ante tu altar
y al rezarte puedo comprender
que una Madre no se cansa de esperar,
que una Madre no se cansa de esperar.

Aunque el hijo se alejara del hogar,
una madre siempre espera su regreso,
el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor
que es la madre y el milagro de su amor,
que es la madre y el milagro de su amor.

Hoy he vuelto, Madre, a recordar,
cuántas cosas dije ante tu altar
y al rezarte puedo comprender
que una Madre no se cansa de esperar,
que una Madre no se cansa de esperar.