sábado, 29 de febrero de 2020

A ti, Rey soberano (Attende, Domine)


Escucha, Señor y ten misericordia
porque hemos pecado contra ti.

A ti, Rey soberano, Redentor de todos, levantamos nuestros ojos en llanto;
escucha, Cristo, las plegarias de los que te suplican.

Oh diestra del Padre, piedra angular, camino de la salvación y puerta del cielo:
lava las manchas de nuestros delitos.

Rogamos, oh Dios, a tu majestad: con tus oídos santos escucha nuestros gemidos, perdona bondadoso nuestras culpas.

Nuestros pecados cometidos los confesamos ante ti; con corazón contrito te manifestamos lo oculto; que tu clemencia, oh Redentor, nos las perdone.

Inocente, fuiste capturado, y llevado sin oponer resistencia, y condenado por los impíos con testigos falsos.

A los que redimiste, consérvalos Tú, oh Cristo.