Señor Jesús:
Escuchamos la Palabra a través de Juan el Bautista que, recordando a Isaías, nos dice:
"Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios".
Qué triste que estas palabras caigan en desierto; porque nuestras vidas no son un camino recto y accesible por el que facilitemos tu llegada a los hombres.
Continuamos siendo "montes y colinas" porque el orgullo y el egoísmo dificultan que mostremos tu esplendor.
Seguimos siendo "valles", porque no tenemos voluntad y constancia, para convertirnos cada día y posibilitar vivir "limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia".
Somos responsables de que "todos vean la salvación", pero necesitamos "enderezar lo torcido", para crecer en esperanza, junto con los hombres, nuestros hermanos, y poder decir con el salmista:
"El Señor ha estado grande con nosotros".
En este Adviento, ayúdanos a "ponernos en pie".
Ayúdanos para que "nuestra comunidad de amor siga creciendo", a pesar de nuestros fallos, pecados y omisiones y que, escuchando e imitando a Juan el Bautista, seamos tus "precursores" en nuestro mundo.
Amén.