¡Oh bienaventurado Gabriel de la Dolorosa, que, por vuestra afectuosísima devoción a la ínclita Virgen afligida al pie de la cruz, llegasteis a ser espejo de inocencia, modelo de santidad y taumaturgo del presente siglo por los estupendos milagros obrados en derredor de vuestro sepulcro!
Dignaos mirarme benévolo desde el cielo y recabadme de la munificencia divina las fuerzas que he menester para precaver los peligros del alma, despreciar los halagos del mundo, neutralizar las asechanzas del demonio, triunfar de mis pasiones, llorar contrito mis culpas, secundar con generosidad de corazón las divinas inspiraciones y labrar mi santificación mediante un afecto sincero a la Pasión de Jesús y a los Dolores de mi Madre María, a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos aquí en la tierra, pueda igualmente haceros compañía en el cielo por toda la eternidad.
Así sea.
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San Gabriel de la Dolorosa (1838-1862) fue un religioso pasionista que nació en Asís (Italia).
Emprendió el camino de la vida religiosa como respuesta a una amorosa llamada. Los pasionistas son testigos y anunciadores del amor de Dios ofrecido en Cristo Crucificado. Con la Virgen Madre y sostenido por ella se reconoció llamado a permanecer junto a la Cruz.
Su vida permaneció oculta, sin deslumbrar con grandes éxitos. Santa Gema Galgani quedó impresionada por la biografía del santo y, con frecuencia se le hace presente en su vida, a pesar de haber fallecido dieciséis años antes de que la santa naciera. En el diario de Santa Gema, narra que San Gabriel la llama "Sorella mía" (hermana mía) y que le entrega el escudo que los pasionistas llevan en el pecho: un corazón con la frase "La pasión de Jesucristo".
Es el patrono de la juventud, junto a San Luis Gonzaga y patrono de la juventud italiana y de los estudiantes, en particular de los seminaristas.
San Gabriel fue canonizado por Su Santidad Benedicto XV en 1920. Su festividad se celebra el 27 de febrero.