Soberano Señor,
Padre eterno que estás en
el cielo,
creador de todo,
conservador de todo,
único Autor
de la gracia y la gloria,
yo me postro ante ti y te adoro.
Hijo de Dios encarnado,
Dios verdadero,
Tú fundaste la Iglesia en esta tierra con tu Sangre
y la hiciste
Una, Santa, Católica y Apostólica
hasta el
final de los tiempos.
Todo lo que la Iglesia sostiene
de Ti, es revelación tuya.
Lo que ella enseña y
manda creer, yo lo creo enteramente.
Santo Espíritu de
Dios,
que haces que el sol brille sobre buenos y
malos,
que la lluvia caiga sobre justos y pecadores,
yo
te alabo y agradezco las innumerables gracias que me has
otorgado,
a mí tu indigno siervo, en los años que
he vivido en la tierra.
Oh santa Trinidad, tres
Personas y un solo Dios,
desde lo más íntimo de
mi corazón,
me arrepiento de haberte ofendido.
Ten misericordia de
mí.
Por los méritos de mi Redentor espero la salvación.
La gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
el amor de
Dios
y la comunión del Espíritu Santo,
estén con todos
Ustedes.
Amén.
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San David Lewis (1616-1679) sacerdote de la Compañía de Jesús, ordenado en Roma, celebró ocultamente los
sacramentos en el Reino Unido durante más de treinta años y
prestó ayuda a los pobres. En el reinado
de Carlos II fue martirizado por ser sacerdote católico. Esta oración la pronunció antes de morir. Su festividad se celebra el 27 de agosto.