miércoles, 19 de diciembre de 2012

Oración del segundo domingo de Adviento



Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas.

El viejo tronco está rebrotando se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne...

Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza.

¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!

Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro...

V.
Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros. 
R. Y seremos salvados.

Amén.