sábado, 4 de abril de 2020

Tu noche será luz


Si tú desatas los lazos que esclavizan,
y si liberas a tu hermano encadenado.
La noche de tu vida será luz del mediodía.
La noche de mi vida será luz del mediodía.
Entonces, de tus manos brotará una fuente,
la fuente que da vida a la tierra de mañana,
la fuente que da vida, la tierra de Dios. 

Si tú compartes el pan que Dios te da
con todo aquel que es tu propia carne.
La noche de tu vida será luz del mediodía.
La noche de mi vida será luz del mediodía.
Entonces de ti mismo brotará un agua viva,
el agua que fecunda la tierra de mañana,
el agua que fecunda la tierra de Dios.

Si tú destruyes lo que oprime al hombre,
y si levantas a tu hermano humillado.
La noche de tu vida será luz del mediodía.
La noche de mi vida será luz del mediodía.
Entonces con tus pasos crearás un camino,
camino que inventa la tierra de mañana,
camino que inventa la tierra de Dios.

Si tú denuncias el mal que daña al hombre,
y si te acercas a tu hermano abandonado.
La noche de tu vida será luz del mediodía.
La noche de mi vida será luz del mediodía.
Entonces en tus ojos lucirá una estrella,
la estrella que anuncia la tierra de mañana,
la tierra que anuncia la tierra de Dios.

Si tú derribas los muros que os separan,
y si perdonas siempre a tu hermano.
La noche de tu vida será luz del mediodía.
La noche de mi vida será luz del mediodía.
Entonces el perdón hará crecer la Iglesia,
la Iglesia que reúne a los hombres de mañana,
la Iglesia que reúne a los hijos de Dios.

viernes, 3 de abril de 2020

Señor, acojo tu perdón


Señor, acojo tu perdón. 
Tú me ayudarás a cambiar de corazón.

Vuelvo hacia ti de corazón
conviérteme a ti, Señor.

Tu gran amor me salvará
pues sólo en ti está la paz.

Señor, acojo tu perdón. 
Tú me ayudarás a cambiar de corazón.

jueves, 2 de abril de 2020

Tengo sed de ti


Tengo sed de ti,
oh fuente de amor.

Tengo sed de ti,
tu amor es libertad.
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Es un canto de Taizé, original en inglés con el nombre Bless the Lord y la siguiente letra:
 
Bless the Lord, my soul,

and bless God's holy name.
 

Bless the Lord, my soul,
who leads me into life.

miércoles, 1 de abril de 2020

Perdona a tu pueblo, Señor


Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo,
perdónale, Señor.

Por tu poder y amor inefable,
por tu misericordia entrañable,
perdónanos Señor.


Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo,
perdónale, Señor.

Somos el pueblo que has elegido
y con tu sangre lo has redimido,
perdónanos Señor.


Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo,
perdónale, Señor.

Reconocemos nuestro pecado
que tantas veces has perdonado,
perdónanos Señor.


Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo,
perdónale, Señor.

Dios de la fiel y eterna Alianza,
en ti ponemos nuestra esperanza,
perdónanos Señor.


Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo,
perdónale, Señor.

Desde la Cruz nos diste a tu Madre,
vuélvenos al abrazo del Padre,
perdónanos Señor.

Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo,
perdónale, Señor.

lunes, 30 de marzo de 2020

¿Quién será Dios para amarnos así?


¿Quién será Dios para amarnos así, hijos de la tierra? 

¿Quién será Dios para amarnos así?

¿Quién será Dios, tan grande y fuerte y tan vulnerable?


¿Quién será Dios para amarnos así?

¿Quién será Dios para ser nuestro pan en cada cena?
 

¿Quién será Dios para amarnos así?

¿Quién será Dios que es un manantial de agua viva?
 

¿Quién será Dios para amarnos así?
 

¿Quién será Dios que anda a nuestra paso en el camino?
 

¿Quién será Dios para amarnos así?

¿Quién será Dios a quien yo puedo herir si hiero al hombre?

¿Quién será Dios para amarnos así?

sábado, 28 de marzo de 2020

Bendición Urbi et Orbe


Que los santos Apóstoles Pedro y Pablo, en cuyo poder y autoridad confiamos, intercedan por nosotros ante el Señor.

Todos: Amén.

Que por las palabras y los méritos de la Bienaventurada siempre Virgen María, de san Miguel Arcángel, de san Juan el Bautista, de los santos Apóstoles Pedro y Pablo y de todos los Santos, Dios todopoderoso tenga misericordia de vosotros y, perdonados todos vuestros pecados, os conduzca por Jesucristo hasta la vida eterna.

Todos: Amén.


Que el Señor todopoderoso y misericordioso os conceda la indulgencia, la absolución y la remisión de todos vuestros pecados, tiempo para una verdadera y provechosa penitencia, el corazón siempre contrito y la enmienda de vida, la Gracia y el consuelo del Espíritu Santo y la perseverancia final en las buenas obras.

Todos: Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso (Padre, Hijo y Espíritu Santo) descienda sobre vosotros y permanezca para siempre.

Todos: Amén.

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La bendición Urbi et Orbe la imparte Su Santidad el Papa en dos fechas: Navidad y Domingo de Pascua. Excepcionalmente, se puede realizar en otras fechas, como ocurrió el 27 de marzo de 2020 por la pademia del coronavirus.

Otorga la remisión por las penas de pecados ya perdonados, es decir, confiere una indulgencia plenaria bajo las condiciones determinadas por el Derecho Canónico y explicadas en el Catecismo de la Iglesia Católica.

Las condiciones para recibir la indulgencia plenaria son:


- Disposición interior de un desapego total del pecado, incluso venial.

- Confesar los pecados.
- Recibir la sagrada Eucaristía.
- Rezar por las intenciones del Papa.
 

Los efectos de la bendición Urbi et Orbe se cumplen para toda aquella persona que la reciba con fe y devoción, bien en directo, o bien a través de los medios de comunicación.

lunes, 23 de marzo de 2020

Abre mis ojos, Señor


Abre mis ojos Señor,

al asombro de tu amor.
Yo soy un ciego en el camino,
cúrame, te quiero ver.

Haz que camine Señor,
por dura que sea la ruta.
Quiero seguirte hasta la cruz.
Ven y tómame de la mano.


Abre mis manos, Señor,
que se cierran al compartir.
Siempre hay un pobre ante mi puerta.
Quiero aprender a compartir.

Haz que yo escuche Señor,
al que llama para que le abra.
No sea sordo mi corazón
al dolor de este mundo.
 

Guarda mi fe, Señor.
¡Tantos hay que proclaman tu muerte!
Cuando anochece y la luz se va,
quédate: Señor, conmigo.



sábado, 21 de marzo de 2020

Sálvame, Virgen María


¡Sálvame, Virgen María!
¡Óyeme, te imploro con fe!
Mi corazón en ti confía,
Virgen María, sálvame.
¡Virgen María, sálvame!
¡Sálvame!

Un abismo es el pecado,
con que a mi Dios ofendí,
y estoy en él derribado,
sin Dios, oh Madre, y sin ti. 


¡Sálvame, Virgen María!
¡Óyeme, te imploro con fe!
Mi corazón en ti confía,
Virgen María, sálvame.
¡Virgen María, sálvame!
¡Sálvame!
 

Acuérdate de la hora,
en que te nombró Jesús,
nuestra Madre y Protectora,
desde el árbol de la Cruz.


¡Sálvame, Virgen María!
¡Óyeme, te imploro con fe!
Mi corazón en ti confía,
Virgen María, sálvame.
¡Virgen María, sálvame!
¡Sálvame!


Yo pequé, contrito lloro,
mil penas yo merecí.
Tu misericordia imploro,
Madre, apiádate de mi. 


¡Sálvame, Virgen María!
¡Óyeme, te imploro con fe!
Mi corazón en ti confía,
Virgen María, sálvame.
¡Virgen María, sálvame!
¡Sálvame!

viernes, 20 de marzo de 2020

Junto a ti, María


Junto a ti, María,
como un niño quiero estar,
tómame en tus brazos
guíame en mi caminar.

Quiero que me eduques,
que me enseñes a rezar,
hazme transparente,
lléname de paz.

Madre, Madre,
Madre, Madre,
Madre, Madre,
Madre, Madre.

Gracias Madre mía
por llevarnos a Jesús,
haznos más humildes
tan sencillos como Tú.

Gracias Madre mía
por abrir tu corazón,
porque nos congregas
y nos das tu amor.

Madre, Madre,
Madre, Madre,
Madre, Madre,
Madre, Madre.

lunes, 16 de marzo de 2020

Oración del Papa Francisco ante el coronavirus


«Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.

Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.

Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios.


No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita».