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martes, 30 de octubre de 2012

Novena o triduo a la Madre María Dolores Segarra (para uso privado)

Jesús, Sacerdote Eterno, que nos diste un testimonio de tu entrega al Padre y a las almas, especialmente las sacerdotales, con la vida de oración, sacrificio y apostolado de Madre María Dolores Segarra.

Glorifica, Señor, a tu sierva y concédenos el favor que, por su intercesión, te pedimos.

Muestra así que has premiado su abandono filial y su profundo amor a ti, a la Virgen y a tu Iglesia.

Y haz también que, a ejemplo suyo, sepamos transformar los sucesos diarios en gracias de santificación.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

Petición: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, óyenos.

María, Madre de la Iglesia, intercede por nosotros y alcánzanos de tu Hijo la gracia que suplicamos por medio de tu sierva.
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La Madre María Dolores Segarra (1921-1959) fue una religiosa española que fundó las Misioneras de Cristo Sacerdote.

Para comunicar los favores obtenidos pueden dirigirse a:

Misioneras de Cristo Sacerdote
Causa de canonización
C/ María Dolores Segarra 1
28231 Las Rozas (Madrid, España)

Números de las cuentas bancarias para donativos:
2038 2228 95 6000751827
2091 0811 48 3040015721

miércoles, 15 de febrero de 2012

Triduo en honor de la Virgen de la Medalla Milagrosa


Por la señal de la Santa Cruz...

Acto de contrición:

Oración para todos los días:
¡Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

¡Dulcísima Reina de los cielos y de la tierra!; que por amor a los hombres te dignastes a manifestarte, a vuestra sierva Sor Catalina, con las manos llenas de rayos de luz; a fìn de hacer saber al mundo que deseas derramar abundantes gracias sobre todos los que con confianza te piden; concédeme Madre mía, que a imitación de Sor Catalina derrames en mi alma la luz necesaria para conocer mi nada y mi miseria; y lo mucho que debo a mi Padre Dios, por tantísimos beneficios, como me ha dispensado; y que cumpliendo su voluntad en esta vida; pueda gozarle en tu compañía eternamente en el cielo.

Amén.

Dios te salve María... 

Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

Dios te salve María...

Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

Dios te salve María...

Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

Primer Día:

¡Amorosísima Madre mía!, qué placer tiene mi alma, cuando considero que tantos deseos tienes en concederme vuestros favores; que no esperas otra cosa, sino que acuda a ti, para remediar nuestros males y llenarnos de vuestras gracias y dones.

Oh María, mi Madre amada, reina de la Corte Celestial, te ruego que todos acudamos siempre a ti, como nuestra única esperanza.

Acordaos,
oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu asistencia
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.

Animado con esta confianza,
a ti también acudo,
oh Madre,
Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.

No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas
y acógelas benignamente.

Amén.

Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
 
Segundo Día:

¡Santísima Madre de Dios!, ¡Señora nuestra y mi tierna Madre!; qué consuelo tan grande siente mi corazón, cuando contempla tu imagen, como te vió Sor Catalina, con un globo en vuestras Divinas Manos, que representaba toda la tierra, y lo estrechabas sobre vuestro pecho; simbolizando así el amor que tienes a los hombres. Concédeme, ¡oh Divina Madre Eterna! ¡Oh Madre mía!, el que sepamos corresponder a tanto amor, procurando imitar vuestras virtudes. Así sea.

Acordaos...

Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.


Tercer Día:

¡Virgen Inmaculada!. ¡Celestial Madre mía! Con qué placer llego ante tu Santísimo Altar; para contemplar tus virtudes y exponer mis penas. Qué aliento santo cobra mi espíritu, al acercarme ante tu Sagrada Imagen; donde veo representada la más profunda humildad; una modestia admirable y el resto de todas las perfecciones con que el Señor Dios te adornó.

Haz ¡Madre Santísima!, ¡Divina y Celestial Señora! ¡Reina del Clero, de los apóstoles! ¡Madre del Mesías! ¡Hija predilecta de Dios Padre! Que oigamos siempre tus maternales avisos, para que arrepentidos de nuestras culpas, e imitando vuestras virtudes; logremos la inmensa dicha de estar contigo en el cielo, por toda la eternidad. Así sea.

Acordaos...

Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
Oh María sin pecado original concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.
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Santa Catalina Labouré (1806-1876) tuvo varias visiones de la Santísima Virgen, la cual le describió cómo debía acuñarse la famosa medalla milagrosa.
Una explicación completa acerca de la medalla milagrosa puede encontrarse en la web corazones.