Dios es fiel, guarda siempre su alianza
libra al pueblo de toda esclavitud;
su palabra resuena en los profetas,
reclamando el bien y la virtud.
Pueblo en marcha por el desierto ardiente,
horizontes de paz y libertad,
asamblea de Dios, eterna fiesta
tierra nueva perenne heredad.
Si al mirar hacia atrás somos tentados
de volver al Egipto seductor,
el Espíritu empuja con su fuerza
a avanzar por la vía del amor.
El maná es el don que el cielo envía,
pero el pan hoy se cuece con sudor;
leche y miel nos dará la tierra nueva
si el trabajo es fecundo y redentor.
Y Jesús nos dará en el calvario
su lección “hágase tu voluntad”;
y su sangre vertida por nosotros
será el precio de nuestra libertad.
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Esta oración se utiliza como canto de entrada de la Eucaristía