Señor, hazme instrumento de paz: donde hay odio, que yo siembre el amor; donde hay injuria, el perdón; donde hay duda, la fe; donde hay desesperación, la esperanza; donde hay tinieblas, la luz; y donde hay tristeza, la alegría.
Oh Maestro Divino, concédeme que yo no busque tanto ser consolado como consolar; tanto el ser comprendido, como comprender; tanto el ser amado como el amar; porque dando es como recibimos, perdonando es como somos perdonados, muriendo es como nacemos a la vida eterna. ---------- En este blog también se puede encontrar el Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís.
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles llena con tu divina gracia, los corazones que creaste.
Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; que inspiras nuestras palabras.
Ilumina nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.
Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé nuestro director y nuestro guía, para que evitemos todo mal.
Por ti conozcamos al Padre, al Hijo revélanos también; creamos en ti, su Espíritu, por los siglos de los siglos.
Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.
Amén. ---------- Fue escrito en latín en el Siglo IX, probablemente, por Rábano Mauro, escritor, filósofo y teólogo alemán. Fue musicado para el canto gregoriano.