Oh Dios, que te dejas vencer por el que se humilla y encuentras agrado en quien expía sus pecados, escucha benignamente nuestras súplicas y derrama la gracia de tu bendición sobre estos siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las prácticas cuaresmales, puedan llegar, con el corazón limpio, a la celebración del misterio pascual de tu Hijo.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
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Vea, también, la Oración para el miércoles de ceniza.