Jesús, una vez más vengo a ponerme delante de ti. Me conoces desde antes que naciera, me has confiado dones maravillosos y me has amado hasta entregar tu propia vida por mi salvación.
¡Gracias, Jesús, por todo!, ¡No permitas que tu amor sea estéril en mí!
Aumenta mi fe, te lo suplico. Quiero creer más en ti, en tu gracia, en tu amor.
Aumenta mi confianza en ti. Tú eres mi Dios, mi Padre, mi Buen Pastor. Ayúdame a abandonarme sin temor en tus manos.
Aumenta mi amor. Que nuestras vidas, Jesús, queden tan unidas que yo no sea más que un reflejo de tu amor.
Ayúdame a escuchar tu voz en esta oración y dame la gracia de saber responder a tus llamados.
Amén.