ORACIONES AL EMPEZAR:
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor.
V. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
OREMOS:
Oh Dios, Padre nuestro, derrama los dones de tu Espíritu sobre el mundo: enviaste al
Espíritu a tu Iglesia para iniciar la enseñanza del Evangelio; que sea ahora tu Espíritu el
que continúe trabajando en el mundo a través de los corazones de todos los que creen en ti.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
V. Señor, ábreme los labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Se reza el Santo Rosario y la Salve.
V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
OREMOS:
Oh Dios, cuyo Hijo Unigénito nos obtuvo la salvación eterna por medio de su vida,
muerte y resurrección, concédenos, a quienes meditamos estos misterios en el rosario de la bienaventurada Virgen María, imitar lo que enseñan y alcanzar lo que prometen.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
V. Sacratísimo Corazón de Jesús.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Inmaculado Corazón de María.
R. Ruega por nosotros.
V. San José.
R. Ruega por nosotros.
V. San Juan Evangelista.
R. Ruega por nosotros.
V. San Luis María de Montfort.
R. Ruega por nosotros.
CATENA LEGIONIS:
Antífona:
¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla?
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí;
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles,
de generación en generación.
Él hace proezas con brazo;
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
- como lo había prometido a nuestros padres -
en favor de Abrahán y su descendencia
por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Antífona:
¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla?
V. Oh María, sin pecado concebida,
R. Ruega por nosotros que recurrimos a ti.
Oremos:
Oh Señor Jesucristo, medianero nuestro delante del Padre, que constituiste a la santísima Virgen, tu Madre, madre nuestra y medianera delante de ti, haz que cuantos a ti acudieren para pedirte beneficios se gocen de haberlo conseguido todo por Ella.
Amén.
ORACIONES FINALES:
Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh
Virgen gloriosa y bendita.
V. María Inmaculada, Medianera de todas las gracias,
R. Ruega por nosotros.
V. San Miguel y San Gabriel.
R. Rogad por nosotros.
V. Todas las potestades del cielo, Legión angélica de María.
R. Rogad por nosotros.
V. San Juan Bautista.
R. Ruega por nosotros.
V. Santos Pedro y Pablo,
R. Rogad por nosotros.
OREMOS:
Señor, concédenos a cuantos servimos bajo el estandarte de María, la plenitud de fe en ti y confianza en Ella, a las que se ha concedido la conquista del mundo.
Concédenos una fe viva, que, animada por la caridad, nos habilite para hacer todas nuestras acciones por puro amor a ti, y a verte y servirte en nuestro prójimo; una fe firme e inconmovible como una roca, por la cual estemos tranquilos y seguros en las cruces, afanes y desengaños de la vida; una fe valerosa que nos empresas por tu gloria y por la salvación de las almas; una fe que sea la Columna de Fuego de nuestra Legión, que hasta el fin nos lleve unidos, que encienda en todas partes el fuego del Amor de Dios, que ilumine a aquellos que están en oscuridad y sombra de muerte, que inflame a los tibios, que resucite a los muertos por el pecado; y que guíe nuestros pasos por el Camino de la Paz, para que, terminada la lucha de la vida, nuestra Legión se reúna sin pérdida alguna en el reino de tu amor y gloria.
Amén.
Las almas de nuestros legionarios y las almas de todos los fieles difuntos descansen en paz por la misericordia de Dios.
Amén.
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La Legión de María es un movimiento católico, fundado en 1921, cuya finalidad es la gloria de Dios por medio de la santificación de sus miembros.