Oh san José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos.
Ayúdame, san José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones espirituales por intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, de modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, te tribute mi agradecimiento y homenaje.
Oh san José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus brazos.
No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón.
Abrázale en mi nombre, besa por mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro.
¡San José, patrono de las almas que parten, ruega por mí!
Amén.
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Es una oración muy antigua a San José, al parecer tiene su origen en el año 50. El Papa San Pío V se la envió al emperador Carlos antes de la batalla de Lepanto. Se dice que quien lea esta oración, la escuche o la guarde consigo nunca morirá de muerte repentina, ni se ahogará, ni le afectará el veneno o caerá en las manos del enemigo, ni será quemado en cualquier fuego o derrotado en la batalla. Reza esta oración durante nueve mañanas por cualquier intención. Es conocida por no fallar nunca.
En esta web también puede rezar la Oración a San José y la oración a San José custodio amante de Jesús y María.