Jesucristo,
Señor de la historia,
te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación,
una nación cuya identidad sea
la pasión por la verdad
y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres
y perdonando a quienes nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas.
Aquí estamos, Señor,
cercanos a María,
que desde El Pilar nos dice:
¡España! ¡Canta y camina!
Jesucristo,
Señor de la historia,
te necesitamos.
Amén.