Corazón amantísimo
de Jesús digno de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de
lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me
manche de la culpa de la ingratitud, te ofrezco y te consagro enteramente mi corazón, mis afectos,
mi trabajo y todo mi ser.
Por cuanto son
pobres mis méritos, ¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de
humildad, de obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida
entera hasta el último suspiro.
Propongo hacer todo
por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde
ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía, María.
Dispón de mí y de
mis cosas, Señor, según el beneplácito de tu Corazón.
Amén.
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Junio es el mes del Sagrado Corazón de Jesús. Esta oración fue compuesta por el Padre León Dehón (1843-1925).