La familia se reúne ante el pesebre que se ha construido en un lugar digno de la casa.
Quien proclama el evangelio dice:
Escuchemos el santo Evangelio según san Mateo (Mt 2, 1-12)
«De pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra...».
Un niño:
Jesús, amigo y hermano nuestro. Estamos muy contentos hoy. Los Reyes nos han traído muchas cosas y queremos darte las gracias, porque todo lo bueno procede de ti. Te queremos pedir también por lo niños que sufren y pasan más necesidad, para que reciban hoy tu bendición. A ellos y a nosotros enséñanos a ser siempre buenos. Que seamos obedientes con nuestros padres, que te amemos a ti y a nuestra familia cada día más y podamos darte la alegría de ser cada día mejores.
Amén.
Delante del belén se puede cantar un villancico (“Dime Niño”, “El tamborilero”, “Noche de Paz”...) o realizar unas peticiones.
Un niño o el más joven puede hacer esta oración:
Jesús, te damos gracias porque has venido a nosotros, porque te has hecho hombre. Hemos adornado nuestra casa en tu honor. Ayúdanos a que siempre tengamos preparado nuestro corazón para recibirte.