martes, 25 de diciembre de 2018

Oración en familia para el día de la Sagrada Familia


La familia se reúne ante el pesebre que se ha construido en un lugar digno de la casa. 

Durante este día se puede fijar el momento para, delante de las imágenes de Jesús, María y José, rezar un misterio del Santo Rosario. 

Quien proclama el evangelio dice: 

Escuchemos el santo evangelio según san Lucas (Lc 2, 22-40). «Cuando se cumplieron los días de su purificación, según la ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones». Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él. 

Misterio del Santo Rosario: el nacimiento del Niño Jesús

Intención: queremos ofrecer este misterio por todas las familias para que, siguiendo el modelo de María y José, acojamos al Niño en nuestras familias. 


- Dios te salve, María (10 veces)


Delante del belén, se puede cantar un villancico (“Dime Niño”, “El tamborilero”, “Noche de Paz”…). 

Un niño o el más joven pueden hacer esta oración:

Jesús, te damos gracias porque has venido a nosotros, porque te has hecho hombre. Hemos adornado nuestra casa en tu honor. Ayúdanos a que siempre tengamos preparado nuestro corazón para recibirte.
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Esta oración en familia es adecuada para el día de la Sagrada Familia que se celebra el domingo que cae entre la Octava de Navidad (del 25 de diciembre al 1 de enero). Si no hay domingo entre esos dos días, se celebra el 30 de diciembre. 

Véase, también, la Oración para la Fiesta de la Sagrada Familia y la Oración por la familia.