Santa Virgen María, te imploro ayuda como un pequeño niño que corre para refugiarse en los brazos de su madre.
Tu eres nuestra fiel y bondadosa Madre, que siempre nos protege y sé que encontraré tu bendito socorro.
A ti, Madre mía, recurro en busca de remedio para los males físicos que padezco, para el peso del dolor en mi alma que no tiene paz, para la angustia, la tristeza, y la desesperanza.
Ayúdame con la gracia del entendimiento de la voluntad de Dios en mi vida, ayúdame a saber qué es lo que Él quiere de mi en medio del dolor que padezco.
Yo pongo todo en tus manos, y me postro ante tus pies para suplicarte que me ayudes.
Trae a mi vida la calma que me ayudará a ir por el camino a la santidad.
Por nuestro Señor Jesucristo, que es Dios y vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
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La festividad de Nuestra Señora de los Remedios se celebra el día 8 de septiembre.