Bendito San Juan Bautista, que fuiste elegido para anunciar a los hombres la venida del reino de Cristo, guía nuestros pasos por las sendas de la justicia y la paz, y alcánzanos del Señor su misericordia y perdón.
Gloriosísimo San Juan Bautista, precursor de mi Señor Jesucristo, lucero hermoso del mejor sol, trompeta del Cielo, voz del verbo eterno, consígueme del Señor su benevolencia y bendición.
Tú que eres el mayor de los santos y alférez del Rey de la Gloria, que eres más hijo de la gracia que de la naturaleza, y por todas las razones príncipe poderosísimo en el Cielo, consígueme del Señor su clemencia y protección.
Glorioso San Juan Bautista, hoy en mi desespero te ruego que me ayudes en estos duros momentos, necesito tu valioso auxilio para solucionar mis penas y miserias, media ante el Señor para que me conceda... (aquí se hace la petición).
Te pido mártir invencible que no desoigas mis penas y por los privilegios con que te enriqueció Dios consigue que mi pedido sea concedido lo antes posible si fuere conveniente para mi salvación; y si no, una perfecta resignación, con abundante gracia, que haciéndome amigo de Dios, me asegure las felicidades eternas de la Gloria.
Amén.
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