Señor Jesús:
Tú eres Mensajero del designio divino, como celebramos y revivimos en Navidad.
Tú eres, como nos dice el Evangelio:
- Palabra que crea y comunica divinidad.
- Palabra que se realiza en el amor.
- Luz que ilumina nuestro camino diario.
Por eso, queremos vivir en coherencia con tu mensaje, siendo:
- Palabra que se proclama con obras.
- Vida que se realiza en el amor.
- Luz que vence las tinieblas del pecado.
Necesitamos aprender la actitud de Juan Bautista, para ser en nuestro mundo:
- Testigos de tu luz.
- Portadores de la fe con nuestras vidas.
- Artífices de la verdad.
- Transmisores de la gracia.
Nos sentimos contentos y esperanzados porque, gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor para que, conociendo a Dios visiblemente, Él nos lleve al Amor invisible.
Ayúdanos, Jesús, a vibrar con tu nacimiento, para participar de tu mensaje de paz y amor.
Amén.