En Pascua, con sinceridad, decimos:
Tú vives, has resucitado de entre los muertos.
En Pascua, con alegría, decimos:
Tú vives, ha sido un milagro patente.
En Pascua, con convicción, decimos:
Tú vives, la muerte ha sido vencida.
En Pascua, con veracidad, decimos:
Tú vives, la vida es más grande que la muerte.
En Pascua, con firmeza, decimos:
Tú vives, primicia de todos los vivos.
En Pascua, con fe, decimos:
Tú vives, y eres la vida.
En Pascua, con decisión, decimos:
Tú vives, tu carne no ha conocido la corrupción.
En Pascua, con esperanza, decimos:
Tú vives, no has sido abandonado a la muerte.
En Pascua, con seguridad, decimos:
Tú vives, y nos enseñas el camino de la vida.
Gloria al Padre...