Nos has llamado, Señor,
a plantar en el mundo
tu reinado de amor.
Enséñanos a revelar
a los hombres
los misterios divinos
que vivimos en la fe.
¡Oh Padre! Que amaste
tanto a los hombres,
que les enviaste a tu único Hijo,
derrama sobre nosotros tu Espíritu,
para que amemos al mundo
al que fuimos enviados.
Nos has llamado, Señor,
a plantar en el mundo
tu reinado de amor.
Enséñanos a revelar
a los hombres
los misterios divinos
que vivimos en la fe.
¡Oh Jesús! Que por amor
a los hombres,
tomaste la figura de Siervo,
derrama sobre nosotros tu Espíritu,
para que comprendamos al mundo
al que fuimos enviados.
Nos has llamado, Señor,
a plantar en el mundo
tu reinado de amor.
Enséñanos a revelar
a los hombres
los misterios divinos
que vivimos en la fe.
¡Oh Espíritu Santo! Que eres amor,
y fuiste derramado sobre el mundo,
enséñanos a ir a los hombres
no para juzgarlos con dureza,
sino para salvarlos con amor.
Nos has llamado, Señor,
a plantar en el mundo
tu reinado de amor.
Enséñanos a revelar
a los hombres
los misterios divinos
que vivimos en la fe.