Madre de los ojos tristes
y empañados por el llanto,
que en la cruz viste morir
al hijo que amabas tanto.
Con buenas obras quisiera
acallar tu sufrimiento,
y, siendo un digno cristiano,
dar consuelo a tu lamento.
Por eso te ruego, Madre,
que siembres mi corazón
de tu infinita bondad,
para afrontar esta vida
con sencillez y humildad.
Y cuando llegue el momento
de entregar mi alma al Señor,
recíbeme con cariño,
acógeme con amor
María del Dulce Nombre
¡Señora del Gran Dolor!
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Es una oración de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte de San Lorenzo de El Escorial, Madrid (España). Autor: Manuel de Dompablo.