Dios todopoderoso, por la muerte de Jesucristo, tu Hijo, destruiste nuestra muerte; por su reposo en el sepulcro santificaste las sepulturas y por su gloriosa resurrección nos restituiste la vida a la inmortalidad.
Escucha nuestra oración por aquellos que, muertos en Cristo y consepultados en Él, anhelan la feliz esperanza de la resurrección.
Concede, Señor de vivos y muertos, a cuantos en la tierra te conocieron por la fe, alabarte sin fin en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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Oración apropiada para rezar por los difuntos, bien sea el 2 de noviembre o cualquier día del año.