Dios mío confío en ti;
enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas.
Los que esperan en ti
no quedan defraudados.
Recuerda, Señor,
que tu ternura es eterna.
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
Pastor de Israel, escucha,
despierta tu poder y ven a salvarnos.
La salvación está ya cerca de sus fieles
y la gloria habitará en nuestra tierra.
La fidelidad brota de la tierra
y la justicia mira desde el cielo.