En este mundo que Cristo nos da,
hacemos la ofrenda del pan,
el pan de nuestro trabajo sin fin,
y el vino de nuestro cantar.
Traigo ante Ti nuestra justa inquietud:
«Amar la justicia y la paz».
Sabed que vendrá, sabed que estará
partiendo a los pobres su pan.
Sabed que vendrá, sabed que estará
partiendo a los pobres su pan.
La sed de todos los hombres sin luz,
la pena y el triste llorar,
el odio de los que mueren sin fe,
cansados de tanto luchar.
En la patena de nuestra oblación,
acepta la vida, Señor.
Sabed que vendrá, sabed que estará
partiendo a los pobres su pan.
Sabed que vendrá, sabed que estará
partiendo a los pobres su pan.