Querida Madre del Señor y Madre nuestra:
con alegría peregrinamos a tu Santuario.
La fe providencial del Padre Kentenich
te motivó a construir una casa en Schoenstatt.
A la sombra de tu Santuario
surgió una Familia,
un nuevo camino espiritual en la Iglesia
y un carisma para nuestro tiempo.
Llenamos las vasijas del Santuario con nuestros dones:
con el agradecimiento y la entrega,
con el arrepentimiento y el anhelo.
Te pedimos con cada paso de nuestra peregrinación:
aviva nuevamente en nosotros
el fuego del amor a ti, a la Familia y al Padre Kentenich.
Danos fuerza para plasmar
una cultura de Alianza en nuestro mundo,
edúcanos para ser tus misioneros de este siglo.
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El centenario del Movimiento Apostólico de Schoenstatt se celebra en 2014.