Señor, no soy nada,
¿por qué me has llamado?
Has pasado por mi puerta y bien sabes
¿por qué me has llamado?
Has pasado por mi puerta y bien sabes
que soy pobre y soy débil.
¿Por qué te has fijado en mí?
Me has seducido, Señor, con tu mirada,
¿Por qué te has fijado en mí?
Me has seducido, Señor, con tu mirada,
me has hablado al corazón y me has querido.
Es imposible conocerte y no amarte.
Es imposible amarte y no seguirte.
¡Me has seducido, señor!
Señor, yo te sigo
y quiero darte lo que pides.
Aunque hay veces que me cuesta darlo todo,
¡Me has seducido, señor!
Señor, yo te sigo
y quiero darte lo que pides.
Aunque hay veces que me cuesta darlo todo,
Tú lo sabes; yo soy tuyo.
Caminas, Señor, junto a mí.
Señor, hoy tu nombre
es más que una palabra:
es tu voz que hoy resuena en mi interior,
Me has seducido, Señor, con tu mirada,
me has hablado al corazón y me has querido.
Es imposible conocerte y no amarte.
Es imposible amarte y no seguirte.
¡Me has seducido, señor!
¡Me has seducido, señor!
Señor, hoy tu nombre
es más que una palabra:
es tu voz que hoy resuena en mi interior,
y me habla en el silencio.
¿Qué quieres que haga por ti?
¿Qué quieres que haga por ti?
Me has seducido, Señor, con tu mirada,
me has hablado al corazón y me has querido.
Es imposible conocerte y no amarte.
Es imposible amarte y no seguirte.
¡Me has seducido, señor!
¡Me has seducido, señor!
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Canto de entrada compuesto por Jordi Vivanco (Kairoi)