Oh Madre Inmaculada, que fuiste la Madre del Niño Jesús.
Te consagramos estos niños y los ponemos bajo tu protección.
Dales la salud del cuerpo y del alma, la luz de la verdad para su inteligencia, el amor del bien para su voluntad, y para su corazón la caridad para amar a Dios y al prójimo.
Vela sobre ellos y ayúdales a vivir como verdaderos cristianos.
Que todos los días de su vida te consideren como su Madre, hasta que los recibas en el cielo.
Amén.